miércoles, 17 de septiembre de 2014

BeWater

Estuve en el restaurante BeWater hará unos días y esta fue mi impresión...








Podéis encontrar este local en pleno corazón del barrio del Carmen de Valencia, la dirección es Calle Obispo Don Jerónimo, 8. Es un local de tamaño medio, con decorados náuticos, en tonos azulados y blancos con una extrañas lamparas que parecían jaulas para pájaros con las que si eres un poquito alto puedes darte un coscorrón, por suerte son de material muy ligero así que no hay riesgo de visita a urgencias, como soy de Villa-Meona, tambien puedo deciros que si tenéis que ir, id tranquilamente yo lo encontré limpio, aunque puede ser debido a que el local estaba románticamente casi vacío, para ser un viernes por la noche.




En cuanto a la comida, pedimos una percha de solomillo de cerdo, que es la forma "SuperCuqui" de decir brocheta, cuyo sabor era excelente con un toque de especias suave y agradable y la carne estaba muy tierna y sabrosa aunque un tanto escasa la ración, os dejo foto del postre que fue lo que más disfruté que eran unas crepês crujientes con plátano y creo que tambien manzana en el interior con una salsa fría de chocolate y se me olvidaba el entrante una degustación de croquetas que tambien estaban muy buenas, de setas, marisco y pollo, aunque tocaba a unidad por comensal, y joder mira que es difícil dejar con hambre a alguien que no es precisamente un gulas, que es mi caso, que con una ración media me quedo satisfecha, cosa que me cabrea por que los restaurantes no tienen un punto medio o te matan de hambre y te pegan un sablazo de tres pares o te meten raciones de esas estilo crónicas carnívoras que no terminaría ese plato ni pasándome un mes en ayunas, tanto cuesta poner una ración normal, mediana a un precio razonable, por que en algunos sitios solo falta que te cobren el uso de la silla... pero bueno que me voy por las ramas, en cuanto a precio, 26€ dos personas para lo que es pues no es demasiado, la verdad me han pegado clavadas más gordas por comida que no darías a tu perro, aunque este se hubiese comido todos tus muebles. Luego otra parte de la experiencia es que si quieres colocar un restaurante de esas características deberías evitar colocarlo en un callejón que en cuanto oscurece huele a pis, por que aun no me explico como no eché la papa en medio de la calle, entre la orina y los contenedores, por otro lado el de la agencia inmobiliaria que les coló el gol se merece una cena gratis allí y que se la pague la empresa, aunque avisado esta, que bien se ira con hambre o bien la empresa bastante más pobre.

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